El valor de la Responsabilidad

staff de Narconon

De niño y adolescente siempre fue buen hijo y obtenía buenas notas en la escuela. Al crecer nunca me faltó nada y mis padres siempre han sido personas que se conducen con valores, por lo que procuraron para mí una buena vida.

Cuando tenía 17 años asistí a una fiesta con mis compañeros de la Preparatoria. Uno de ellos me ofreció cristal, yo accedí y en aquel instante mi vida cambió. En un principio me hizo sentir muy bien, sin pensar que años más tarde, me atraparía en una adicción que yo pensé no tenía salida.

En aquella época era un poco tímido y me costaba trabajo socializar con los demás, sobre todo en las fiestas. El alcohol lo probé poco pero no me gustaba. Luego comencé con el cristal y esta droga me permitió abrir el panorama para tener más amigos, sentirme más relajado y extrovertido. En un principio, sólo la consumía ocasionalmente para convivir en fiestas los fines de semana.

Al estar próximo a terminar la Preparatoria iba un día iba caminando, desesperado por conseguir más cristal. Fue en ese momento que me di cuenta de que tenía un problema con mi consumo. De pronto ya no era una cuestión ocasional, ya era una necesidad y a veces lo hacía a diario. Mis padres empezaron a notar que mi rendimiento escolar había bajado y que pasaba noches sin dormir.

Cuando entré a la Universidad comenzó un problema mayor, ya consumía a diario, lo hacía en mi casa e, incluso en la escuela. El primer año lo pude pasar bien. Al entrar al segundo año, la adicción ya me había rebasado y comencé a faltar a clases por ir a drogarme. No pasó mucho tiempo antes de que mis padres se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo y de que en la escuela me dieran de baja por mi rendimiento.

Mis padres, al ver la problemática, me llevaron a terapia y por mi propia voluntad me fui a un anexo. Pero nada funcionó para remediar la adicción. A la fecha, valoro mucho la posición que ellos tuvieron, jamás me impusieron nada, sentí un verdadero apoyo y gracias a ellos después entré al Programa de Narconon.

El Programa me cambió. Yo pensé que no podía salir de la adicción porque era más fuerte que yo. Un día le dije a mi mamá que en verdad necesitaba la ayuda porque mi cuerpo me lo pedía, ya no tenía control sobre mis decisiones; para ese momento, no contaba con la confianza de mis padres ni me daban dinero para nada. Con tal de seguir consumiendo realicé muchas acciones que no correspondían con los valores que ellos me habían inculcado.

Después del anexo, mis padres me llevaron a Narconon Navojoa. El día que entré me cambió la vida. Me gustó mucho el trato de los miembros del personal. Me sentí atendido y comprendido. No pasó mucho tiempo para que me diera cuenta de que el Programa en verdad funcionar y que terminaría con mi problema de adicción.

Una de las grandes ganancias que tuve fue el darme cuenta de que yo soy quien determina mi presente y mi futuro.

“Me di cuenta de que puedo tener una vida exitosa, sin usar ningún tipo de drogas”.

Otra cosa que me gustó de Narconon fue que yo me di cuenta de todo lo que me estaba causando el cristal y, de seguir por ese camino, acabaría muy mal. Es decir, las etapas del Programa están diseñadas para que las personas nos demos cuenta de la causa de la adicción, sus consecuencias y la manera de remediarlo.

Los pasos del Programa que me cambiaron la vida fueron la Desintoxicación de la Nueva Vida y los Procesos Objetivos. Con la Desintoxicación, sentí como verdaderamente eliminé todas las toxinas, pude pensar con mucha más claridad y nunca más volví a sentir esa ansiedad imperante por consumir.

Los Procesos Objetivos son una serie de ejercicios que ayudan al individuo a enfocar su atención en el entorno presente e inmediato. Gracias a ellos me di cuenta de que puedo llevar una vida exitosa, sin usar ningún tipo de drogas.

Cuando terminé el Programa, me sentía renovado y muy entusiasmado. Parecía que estaba descubriendo nuevamente mi entorno porque mucho tiempo me la pasé anestesiado por la droga; cada paso era una experiencia nueva.

Un día, por el barrio en el que vivía, vi a varios jóvenes totalmente acabados por el cristal. En ese momento sentí un duro golpe emocional porque recordé que yo les había invitado a tomar su primera dosis. Me sentí responsable por su condición y en Narconon adquirí habilidades para llevar una vida con ética y, sobre todo, a todo a tomar responsabilidad. En ese momento tomé la decisión de ser miembro del personal para resarcir el daño social que había causado; al principio lo hice de manera voluntaria en Narconon Navojoa. Con el tiempo se abrió la oportunidad para mudarme al Estado de México e iniciar formalmente como miembro del personal. Lo que más me emocionó es que se trataba de comenzar con la inauguración de Narconon Latinoamérica.

En todo este camino de rehabilitación, además de mis papás, hubo alguien muy especial quien me iba a ver cada domingo y quien fue testigo de mi caída y de mi recuperación. Ella sólo era mi amiga. Un día me di cuenta del amor que me tenía y despertó en mí el mismo amor. Ella hoy es mi esposa, también es miembro del personal de Narconon Latinoamérica y tenemos a nuestro pequeño hijo. Le agradezco a la vida haber encontrado como compañera a alguien que estuvo dispuesta a acompañarme en mi camino hacia la rehabilitación. Lo más maravilloso es que también compartimos la pasión por ayudar a las personas para salir de las adicciones a las drogas y al alcohol.

Como miembro del personal, la labor que realizo día con día me llena mucho, nunca es un trabajo rutinario. Algo que me emociona mucho es ver como las familias se vuelven a reunir después de que un padre, una esposa o un hermano, recuperan a ese ser querido que creyeran haber perdido.

Otra actividad que me gusta mucho es cuando salgo a las intervenciones para convencer a alguien sobre el valor que tiene el Programa y motivarlo para que lo haga. Definitivamente me veo reflejados en ellos, les cuento mi historia y procuro que se den cuenta de que siempre hay una salida del mundo de las adicciones.

Hoy sólo quiero seguir perteneciendo a Narconon Latinoamérica, seguir al lado de mi esposa e hijo. Sobre todo, quiero seguir ayudando a más y más personas a que salgan de las adicciones.

Narconon me cambió la vida en todos los sentidos.

Valentín, Staff de Narconon Latinoamérica


AUTOR
PG

Paola Garabito

A lo largo de 20 años me he desempeñado profesionalmente en cargos Directivos, Gerenciales y Ejecutivos en el sector gubernamental y en la iniciativa privada, en instituciones como el Senado de la República, AstraZeneca e Instituto Mexicano del Seguro Social. Cuento con experiencia a nivel Senior en el ámbito de la consultoría destacando proyectos en materia de Salud, Desarrollo Social, Energía, así como TI y comercio electrónico. Con la Sociedad Civil Organizada he fungido como eje vinculante para la consolidación de alianzas con diversas asociaciones de pacientes, de investigación, en materia de educación y asistencia pública. En el ámbito académico imparto las asignaturas de Análisis del Sistema Político, Políticas Públicas y Teoría Política en la Universidad Anáhuac. Asimismo, formo parte del claustro para la acreditación de exámenes de grado de titulación de Licenciatura en Administración Pública y Gobierno. Mi desarrollo profesional se orienta en la elaboración y negociación de instrumentos legislativos, desarrollo de foros de alto impacto para la sensibilización de los tomadores de decisión, diseño y ejecución de estrategias para el relacionamiento gubernamental, así como diseño y ejecución de estrategias para el posicionamiento de la compañía o institución. Cuento con el grado de Maestría en Políticas Públicas y soy Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública, ambos estudios por la Universidad Iberoamericana.

NARCONON LATINOAMÉRICA

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS